Sábado por la noche, y parecía que el día había pasado sin pena ni gloria, en la televisión estaban pasando un programa especial de Live From Abbey Road con varios músicos interpretando canciones de los Beatles (lamentablemente no tocaron Norwegian Wood), mientras tanto, mi sobrino practicaba con la guitarra una canción que acababa de enseñarle. Unos días antes, un amigo que no veía desde hace tiempo me había dejado un mensaje en Facebook, preguntándome si aún tenía intenciones de tocar, le respondí afirmativamente y me dijo que el baterista que tocaba con nosotros no parecía interesado en tocar nuevamente, le dije que me diera su número para ver si lo podía convencer, y si no tenía suerte podíamos llamar a otro chavo que también había tocado un par de veces con nosotros.
Conozco a ese baterista desde la secundaria, y sabía que sería difícil convencerlo (sobre todo porque ya me habían anticipado que él NO quería regresar), así que pensé que, si de todas formas iba a rechazar la invitación, al menos tenía que invitarlo con estilo (?).
Mensaje enviado desde el celular del mago, el 21 de Septiembre a las 10:36 p.m.: Buenas noches, joven... usted ha sido seleccionado para participar en un casting para ser baterista de una nueva banda. ¿Está interesado en participar?
Y al día siguiente (en la tarde-noche), recibí de él una respuesta afirmativa, preguntándome dónde y cuándo sería ese casting.
Mientras pensaba en todo eso, mi sobrino hacía la guitarra a un lado y se sentaba a ver la tv también.
—¿Entonces tu baterista te dijo que si?
—Si.
—¿Y ya le avisaste cuándo y en dónde se van a ver?
—Ehmmm... no.
—¿Y porqué no?
—No se... mañana le envío un mensaje.
—Lo que pasa es que ya estabas seguro de que él te iba a decir que no... pero como pasó lo contrario, ahora no sabes qué hacer.
—Jajajajaja... si, creo que también hay algo de eso.
El programa de Abbey Road ya había terminado y mi sobrino se entretenía yendo de un video a otro en youtube, mientras yo buscaba algo interesante en la televisión.
Como a eso de las 2:00 de la mañana, mi sobrino me dice que tiene hambre, yo le digo que no tengo tanta hambre, pero igual lo acompaño. Salimos en su motocicleta a buscar algún local abierto para cenar. Pasamos por varios locales, pero en vista de que todavía había gente cenando en esos lugares, decidimos ir a una gasolinera a comprar algo mientras esperábamos a que alguno de esos locales se "vaciara" un poco.
Ya estando en la gasolinera, a las 2:30 de la mañana, aparece él famoso baterista, con otros dos amigos, saliendo quién sabe de dónde y en un ligero estado de ebriedad. Me pregunta que porqué no respondí a su mensaje, y yo, todavía desconociéndolo, le digo que no tenía saldo.
Me pregunta que si lo de la banda va en serio y por fin logro reconocerlo (si, apenas... es que ya andaba con algo de sueño, creo), yo le respondo que si, y sin querer, le digo que me habían contado que él ya no quería tocar y que ya andábamos buscando a otro baterista, él se ríe y me dice que ese "otro baterista" no es ni la mitad de bueno de lo que es él... no ha cambiado, aunque tiene razón, él es bastante bueno... después de un buen rato acordamos volver a hacer "algo". Mi sobrino y yo nos retiramos del lugar.
Me alegra haberlo encontrado, y es curioso que sin querer me lo haya encontrado en un lugar en el que no esperaba verlo, dice una amiga blogger que ese tipo de encuentros sucede por algo, tal vez si... me siento más confiado al iniciar este nuevo proyecto sabiendo que él tocará también. Algo que he notado en el tiempo que llevo tocando la guitarra (y en ocasiones, otros instrumentos), es que también entre músicos debe haber cierta química, y hablando de bateristas solo me he sentido a gusto tocando con él y con uno de mis sobrinos (que actualmente ya está casado y ya no parece estar tan interesado en tocar nuevamente).
Ya veremos qué pasa, por el momento todo parece ir bien. Tampoco quiero emocionarme tanto, porque he estado en varios grupos y de repente surgen ciertas diferencias que terminan haciendo que uno se aburra y pierda el interés. Pero bueno, vamos a disfrutar del momento, mientras dure.
Estas semanas también les he estado enseñando a dos de mis sobrinos (uno de 19 y otro de 10 años) a tocar la guitarra, aprenden bastante rápido, tal vez también los incluya en el grupo o tal vez haga algo diferente con ellos, ya el tiempo dirá n___n
Bueno, nos leemos en el siguiente post, estimados lectores... los dejo con una canción de The Libertines que va dedicada a todos esos viejos amigos que por una razón u otra tuvieron que seguir otros rumbos...
Peace&Love