3 de noviembre de 2012

Muertos y muertes

Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra, decía José Arcadio Buendía en 100 Años de Soledad.

Pensando en eso, me puse a reflexionar sobre mis muertos y la relación que yo he tenido con la muerte y decidí hacer un pequeño recuento de esas reflexiones.



Uno de los primeros recuerdos que tengo, relacionado con la muerte, es este: Yo estaba en casa de mis abuelos, mis padres habían ido a un funeral o un entierro (no recuerdo muy bien), y yo me entretenía viendo la televisión. De alguna manera, yo percibí aquel día muy distinto a los demás, la muerte hacía que el ambiente cambiara un poco. Creo que tenía unos 3 años.

A partir de entonces yo empecé a preguntarme, qué significaba morir. Recuerdo ir de la mano de mi madre pensando en objetos inanimados, objetos que no tenían vida, cuando se llega al final de esta vida uno pasa a ser como esos objetos inanimados, pensaba. Y seguía preguntándome qué se sentirá dejar de ser, dejar de estar.

A los 10 años, lo que más me preocupaba de la muerte era la separación, la ausencia de aquel que ya no estaba entre nosotros, a ratos me preguntaba si yo estaría listo para cuando me tocara a mi perder a un ser querido.


Por aquellos días murió uno de los hermanos de mi abuela, yo no lo conocía bien, él era callado y muy serio, aunque daba la impresión de ser muy amigable, hablaba poco pero siempre saludaba con una sonrisa (años después, algunas personas mayores me dijeron que yo les recordaba mucho a él). Después de que él murió, su esposa se puso muy enferma, estuvo así algunos meses y después murió también... escuché a alguien decir que ella lo había querido mucho y que cuando él falleció, no pudo seguir y murió de tristeza.

Cuando tenía unos 17 años, la hermana de mi abuela se puso muy enferma, y al ir a visitarla, me llamó para platicar conmigo, me preguntó varias cosas y escuchaba atenta todo lo que yo decía, después de un rato, tomó mi mano y me pidió que me acercara para poder verme mejor, mientras me hablaba se veía un brillo en sus ojos, no se le notaba triste, estaba contenta, creo que en el fondo ella ya sabía que estaba a punto de partir, creo que por eso estaba contenta... tres días después ella falleció.

Y por último, está mi abuelo, de quien ya he hablado anteriormente en este blog. Siento que cuando él se fue, me dejó algo, no se muy bien qué ni cómo, pero siempre he tenido esa impresión.

En fin, todos (o casi todos) tenemos algún recuerdo de alguien que ya no está en este mundo, me alegra saber que, hasta el momento, no tengo ninguna cuenta pendiente con ninguno de esos recuerdos.

Y espero que cuando a mi me toque partir, tampoco deje ninguna cuenta pendiente con nadie. Ojalá así sea.

Una canción antes de finalizar el post.




Peace&Love

8 viajeros han dicho:

xhabyra dijo...

al final de nuestro camino todos debemos tener al menos un muerto esperandonos del otro lado y al menos un vivo despidiendonos de este.

xhaludos!

Diana. dijo...

Todos hemos pasado por la muerte de seres queridos. Que creo que siempre estarán en nuestros corazones.

Caso muy curioso el de mis abuelos maternos: Mi abuelo falleció en marzo de 2010 y mi abuelita no soportó ese dolor tan grande de perder a su compañero de toda la vida. Ella falleció en abril del mismo año. Un mes aguantó solamente. Se dejó morir.

Saludos.



Alandroide dijo...

¡Excelente reflexión! De niño no tuve una experiencia así como la tuya cuando tenías tres años, pero me imagino cómo percibiste el ambiente diferente.

Sé feliz :)

Mariela García dijo...

Ammm creo que desde peque supe que era morir... por las novelas, la TV y demás es dificil no saber... así que supongo que por eso soy tan... tranquila con el tema... además se que después de la muerte sigue una vida! :D

la MaLquEridA dijo...

Los muertos se me olvidan un poco al final del día. No sé dónde están.

Ánima del Humo. dijo...

Aún extraño a mis abuelos, es curioso cómo va cambiando la percepción de la muerte con el tiempo, sin embargo no es el hecho de aceptarla como parte de nuestro ciclo natural, sino el aprender a dejar ir a aquellos a quienes amamos. Saludos.

Damian dijo...

muertos yo, muy pocos, familiares algunos pero nunca me han afectado tanto como los amigos que perdí.
Haré un post igual q este =)

Martiuks dijo...

Pues tu post se relaciona con muchas cosas en las que yo también ya había pensado. Hace poco me sucedió también que hice como una especie de "recuento" de como fue que me enfrenté al proceso de la muerte (al igual que tú a través de familiares= y pues antes le tenía miedo a la muerte, hoy ya no, pero si es una sensación rara cuando uno piensa en su propia experiencia... En fin, esperemos que tengamos una larga vida y llena de satisfacciones antes de partir de este mundo.

Saludos.

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