1 de marzo de 2013

Bajo control

El martes de la semana pasada, Bernardo (el bajista de la banda) me habló para decirme que ya no tenía ganas de seguir tocando. En ese momento me pareció que estaba bromeando (como siempre), pero después de un rato me di cuenta de que hablaba en serio.



—Es que ya no hemos tocado.
—Pues si, pero es que necesitamos ensayar más... y dejar los covers, para incluir nuestras propias canciones.
—No, yo ya estoy hasta la madre.

Si, bueno, yo también estoy hasta la madre, le dije. Era cierto, me sentía un poco presionado. Cuando escogíamos una canción, tenía que aprenderme las partes que a mi me tocaban, y además, las partes que tocaba el otro guitarrista... en algunas ocasiones, también me aprendía lo del bajo. En los ensayos, yo era quien les enseñaba lo que cada quién tenía que hacer. Hubiera sido  más fácil si cada quien se encargara de sus propios instrumentos, así me enfocaría mejor en lo que yo hacía. Pero no, los sábados, por la noche, tomaba mi guitarra y me ponía a ensayar, a veces hasta las 3 o 4 de la mañana. Para que al día siguiente pudiera "guiarlos" y decirles cómo debía tocar cada quién su instrumento, con todo eso, nada salía bien, ni siquiera lo que, desde un principio, me tocaba a mi...

Si, así... no, esa parte va de esta manera... ajá, algo parecido... bueno, más o menos.

Qué más da. Tócala como quieras (o como puedas), pensaba. Y poco a poco, yo también me fui aburriendo de lo mismo, ya no me esforzaba por tocar bien, solo... tocaba. Y eso me llevó a pensar que, ya que el bajista abandonaba la banda, tal vez sería mejor abandonar por completo ese proyecto.

Hablé con el baterista (Freddie) y me dijo que no me preocupara, que él se encargaba de hacer que nuestro bajista volviera a la banda, pero yo seguía desanimado y, la verdad, ya había decidido ponerle punto final a todo eso. Pero, entonces, el Mago envió un mensaje (no regresó, simplemente fue un mensaje enviado desde algún punto del universo).

Yo siempre he dicho que no soy un buen guitarrista, simplemente juego con los sonidos que salen de la guitarra. Pero el Mago me hizo ver que, de cierta manera, esa era mi zona de confort; estando ahí podía negarme a estudiar más a fondo la teoría musical y simplemente tocaba lo que podía (o lo que salía de mi instrumento), con el pretexto de que esa era mi manera de hacer las cosas, todo esto, sumado al poco interés que le estaba poniendo a los ensayos, provocó que yo empeorara cada vez más en la ejecución de la guitarra, ese instrumento que en otro tiempo me emocionaba tanto tocar.

El Mago dijo: Está bien, no eres un buen guitarrista, solamente te gusta jugar con los sonidos... pues bien, a veces es necesario conocer las reglas del juego para poder divertirse más, ¿no crees?

Y fue entonces cuando decidí tomar el control de lo que estaba haciendo.

El domingo fui a casa de mi primo, me invitó a tocar en su banda como tecladista y acepté. Las partes que debo tocar no son muy complicadas, de hecho, podrían prescindir de un teclado, pero en cierta manera, la presencia de este instrumento le da un brillo diferente a las canciones, aunque no sobresalga demasiado, ayuda un poco a mejorar el sonido... creo jeje.

Al teminar el ensayo, le pedí a mi primo algunos métodos de guitarra, ya que él se encuentra estudiando en un conservatorio y tiene mucho material relacionado con la música; me prestó varios libros (algunos físicos y otros virtuales); ese mismo día me puse a practicar en serio... poco a poco... pero ahora si, aprendiendo lo que tengo que aprender.

El lunes por la mañana, me habló Freddie y me dijo que había convencido a Bernardo de seguir tocando. Me presenté al ensayo ese día y decidimos que, por ahora, solo ensayaríamos nosotros tres. Aun no me queda claro si el otro guitarrista seguirá con nosotros después o si ya lo mandamos a volar (si es así, espero que no esté leyendo esto), pero por ahora solo estaremos nosotros tres. Siendo el único guitarrista (y a la vez, cantante), esto me obliga a ser más creativo y buscar nuevas maneras de llenar los espacios que, en su momento, llenaba la otra guitarra. Ahí la llevo.

Una vez más, siento que todo está bajo control. Los ensayos ya no parecen una pérdida de tiempo y nuevamente vuelvo a sentir la música. Además, sin buscarlo, pasé a formar parte de la banda de mi primo, la cual tocará el 18 de Marzo, junto a otras bandas de rock, como parte del Festival Internacional de Tehuacán.


Si... todo está, nuevamente, bajo control.

2 viajeros han dicho:

Martiuks dijo...

Entiendo tu frustración, cuando tu te entusiasmas tanto por algo y le pones tu mayor esfuerzo y ves que las otras personas no responden de la misma manera, es totalmente lógico (y muy humano) que te sientas así.

De cualquier forma, si tu pasión es tocar la guitarra (que yo tengo la impresión de que si eres bueno), no dejes que incidentes como ese te bajen el ánimo y sobre todo te hagan perder la ilusión.

A veces hay personas que cumplen un ciclo, pero es mejor si tu sigues tu camino y lo que te apasiona hacer.

Suerte con la presentación de la banda de tu primo y ojalá que las cosas con tu grupo vayan mejor conforme avancen los días.

Saludos al Mago y házle caso más seguido.

Diana. dijo...

Me ha pasado y sinceramente te entiendo. Algo de con lo cual te gusta o amas ya después se vuelve rutinario y te dan ganas de tirar la toalla.

Pero me da gusto que hayas encontrado las fuerzas para seguir adelante con tu proyecto.

Y mira, sin querer ya estarás participando en un festival.

Éxito en todo.

Saludos.

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