17 de mayo de 2011

Costumbres Extrañas.

¿En qué momento empezaste a actuar como ellos?




Hoy escuché una historia, la contaba un hombre vestido de fuente. Bueno, en realidad era una pequeña imágen, pero claro, todas las imágenes son tomadas de extensas historias, por lo tanto todas las imágenes tienen algo de historia... Y si, todas las imágenes son historias, historias que  murmuran pequeños secretos.

En la imágen había una ciudad, un tanto extraña, con hábitos que podrían parecer ridiculos y hasta estúpidos si se les mira a través del lente de la reflexión, sin embargo, la vida diaria nos exige mirar el mundo de manera natural, sin reflexiones ni pausas; y es en este punto, donde me pregunté si acaso no estaremos actuando como los habitantes de este lugar tan extraño. A primera vista la ciudad es tan parecida a cualquier otra, con calles que la dividen y casas por todos lados, las personas tambien parecen normales, todas ellas tienen autos, vehiculos motorizados que los ayudan a llegar a sus distintos destinos, porque claro, todos tienen un destino, a veces fijo, a veces errado, pero todos se dirigen a "algún lugar"; el problema con estas personas y sus autos es que los usan de una manera muy extraña, se suben a ellos y los encienden como cualquier otra persona en cualquier otra parte del mundo donde haya autos, después ponen el automóvil en neutro y se bajan para empujar sus vehiculos. Se puede mirar a la gente empujando sus autos por las calles de la ciudad, cansados y quejandose de lo dificil que es empujar ese pesado auto todos los días.
Un día, un extranjero llegó a la ciudad, y al ver esta extraña costumbre se le ocurrió preguntar porqué hacían eso, miro pasar a un par de personas con sus respectivos autos, y después se acercó a un hombre para cuestionarle sobre este curioso e innecesario hábito:

- Debería subir a su auto y dejar que él sea quien lo lleve a usted - Comentó el extranjero.

El hombre dejó de empujar su auto, se seco la frente con un pañuelo y respondió:

- ¿Y quién es usted para venir a imponer sus costumbres? Nosotros hacemos esto desde hace tiempo y asi es como nos gusta vivir. Además, yo lo hago muy bien y no necesito que una maquina me ayude.

El extranjero no dijo nada mas y vió alejarse a aquel hombre, que continuaba quejándose mientras empujaba su auto.



Cuando el extranjero salía de la ciudad, pensó: Es extraño ver como la vida a veces nos da autos para viajar de una manera mas cómoda, y nosotros preferimos encenderlos y empujar, simplemente porque así es como los demás nos han dicho que debe ser.
 
 
 

¿Aprovecharás lo que te ha sido entregado o lo verás como una carga más?


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