"¿A vos no te pasa que te despertás con la exacta conciencia de que en ese momento empieza una increíble equivocación?" — Julio Cortázar
Claro que si, Julio. Tantas veces me he despertado de esa manera. Y para muestra, un post :P
La historia comienza, como comienzan todos los malos días, muy de mañana. Supongo que a la mala suerte le gusta levantarse temprano.
Desperté tras una noche muy breve que apenas me permitió dormir unas cuantas horas, y al buscar mi celular, pude notar que no estaba en donde lo había dejado antes de dormir (sobre un mueble, cerca de mi cama, conectado con el cargador). Me deslicé perezosamente -¿de qué otra forma podía ser?-, y al asomarme sobre el borde de la cama lo pude encontrar, tirado en el suelo... aunque la pila y la tapa estaban a unos cuantos centímetros del resto del celular.
En ese momento supe que ese no era un buen día. Y recordé la frase con la que inicia este post.
Estiré la mano, recogí el celular (batería y tapa incluidas), y coloqué todo en su lugar, con la habilidad de un individuo desvelado que aun espera a que el sistema operativo de su cerebro termine de cargar. Lo encendí, y afortunadamente, la mala suerte no se había metido con mi celular. Pero claro, eso no cambiaba las cosas. Seguía siendo un mal día.
Bastó con echar un vistazo al reloj que estaba colgado en la pared para darme cuenta de lo mal que iba el día. Me levanté rápidamente y después de bañarme salí corriendo para no llegar (muy) tarde al trabajo.
Ya en el camino, algo de música para "suavizar" un poco el día... antes, durante y después del transporte colectivo. Un collage musical patrocinado por la reproducción aleatoria de mi reproductor de música y videos (Aunque los videos dejaron de habitar ese reproductor desde hace ya varios siglos).
Llegué al trabajo un poco tarde (más de lo esperado), pero no hubo ningún inconveniente, ya que en el lugar en el que me tocó trabajar esta semana solo estamos dos personas (y el otro chavo es buena onda :P).
El día transcurrió normalmente, aunque yo seguía preguntándome qué otras sorpresas me llevaría aquel día; y fue entonces cuando decidí olvidarlo y tomarme todo con muy buen humor, como dice el dicho: al mal tiempo, buena cara. Creo que ese cambio de actitud mejoró las cosas. La música también ayudó un poco, creo. Eso de escuchar música mientras trabajo hace que todo sea más llevadero.
Y ya casi al final del día, llegó una última sorpresa. Al ir a cambiarme y revisar las cosas de mi mochila, descubrí que mi dinero no estaba en donde lo había dejado, y a pesar de estar totalmente seguro de haberlo puesto en un determinado lugar, vacié mi mochila y revisé por todos lados, para estar seguro; pero no, mi dinero ya no estaba ahí.
Con el poco buen humor que me quedaba en ese momento, imaginé a un "diablillo" sobre mi hombro izquierdo, diciéndome que seguramente la otra persona que trabajaba conmigo había tomado ese dinero, y a un pequeño ángel en mi hombro derecho, diciéndome que no debía echarle la culpa a nadie, que tal vez se me había caído en algún lugar; y mientras ellos discutían, yo me preguntaba ¿cómo volvería a casa sin dinero? o.O
No quedaban muchas opciones, así que le dije al otro joven que trabajaba ahí que se me había perdido mi dinero y que si me podía prestar solo lo necesario para regresar a casa, a lo cual él me respondió que lo disculpara, pero que no tenía dinero (y el diablillo mencionado anteriormente susurró: "cómo no va a tener, si él tomó ese dinero", y yo empezaba a creerle). Justo en ese momento llegó otro trabajador de la misma empresa, que venía de paso, le conté lo que pasó y accedió a prestarme la cantidad que necesitaba. Conversando un rato con ellos logramos identificar al posible culpable, pero ya no tenía caso seguir pensando en eso. Como dije: al mal tiempo, buena cara. Y volví a casa.
Si lo pienso bien, no me fue tan mal. Creo que al final, todo depende de la actitud con que se tome uno las cosas. Ojalá pudiéramos mostrar siempre una buena actitud ante cualquier situación. Ojalá.
Y eso es un poco de lo que pasó ayer. El día de hoy pasaron otras cosas de las cuales
Por el momento, eso es todo. Nos leeremos en el próximo post, damas y caballeros.
Y como dice el joven +Luis Morales: ésta, señores, es la línea final :P