Hace un par de días iba caminando por la calle con los audífonos puestos (como siempre) y de repente alguien se cruzó por mi camino y saludó con bastante efusividad diciendo mi nombre, ¡Elbert!... en ese momento levanté la vista para ver quién era y si, era un rostro familiar, pero desafortunadamente no pude recordar su nombre ni de dónde lo conocía (tal vez porque no esperaba verlo a esa hora y en aquel lugar), así que lo único que alcancé a responder fue: ¡Hey! Buenas... no-ches...
¿En serio? ¿"Hey"? ¬¬
5 segundos después, recordé quién era, y mientras seguía caminando, recordaba la forma en que había mencionado mi nombre, apenas unas horas antes, una chica en Facebook me había saludado diciendo: Hola, Albert... (e__e) sin comentarios... jejeje ok no... la verdad ya me acostumbré a que confundan mi nombre.
El punto es que después de recordar el nombre de ese viejo amigo me puse a pensar en cómo me dirijo yo a las personas, y noté que solo en contadas ocasiones saludo a los demás por su nombre... para alguien que prefiere aislarse de las demás personas y mantener muy pocas relaciones de amistad, creo que es algo normal, supongo.
Pero aun así, me pareció algo curioso, ese pequeño problema (si se le puede llamar así) que tengo con los nombres... o más bien, con la manera de nombrar a los demás. Los personajes de las historias (al menos las ficticias) que he escrito en el otro blog tampoco se han salvado, por alguna extraña razón, siempre "olvido" ponerles nombre, siempre son él, ella, etc... y el gatito que adopté hace un par de años pasó por lo mismo... la chica con la que salía en aquel tiempo siempre me decía que debía ponerle un nombre, al principio yo decía "no, solo está de paso, cuando se sienta mejor se irá, así que no hace falta ponerle un nombre", pero cuando mejoró y decidió quedarse, ella vio ahí una gran oportunidad (bueno, no tanto jeje) y me dio una larga lista de posibles nombres (algunos eran buenos), sin embargo, nunca quise ponerle un nombre, ella me pidió una explicación del porqué no le ponía un nombre a mi mascota, y yo le respondí que no lo consideraba MI mascota, solo era un gato solitario que pasaba por ahí y decidió quedarse, que al ponerle un nombre yo sentía que aceptaba que él era de mi propiedad y eso no me agradaba tanto.
Eso fue lo primero que se me ocurrió pero con el paso del tiempo me convencí de que realmente esa era la razón por la que yo decidí no ponerle un nombre a ese gato.
Me pregunto si me pasa algo parecido con las personas que conozco...
Por otro lado, están las personas que me saludan diciendo "Hola, Mago". Me costó un poco asimilar eso, pero creo que ya me acostumbré (y hasta me gusta) jeje. Y hablando del Mago, ¿alguna vez se han preguntado si él tiene un nombre?, yo si, pero bueno, eso ya es tema para otro post jeje
Nos leemos en el siguiente post, estimados amigos... sean felices, y recuerden: Peace&Love n___n
PD: ¿Qué nombre creen ustedes que le quedaría bien a un mago? :D